De limpiador de peceras a destructor de ecosistemas, “Pez Diablo”

– Invasor que llego para quedarse

San Luis Potosí.- La afectación de cuerpos de agua de todo San Luis Potosí en especial de la zona huasteca, por el “Pez Diablo” mantiene alarmados a los pescadores y a las mismas autoridades, ya que el caso del pez diablo amerita una solución efectiva si bien la erradicación es un concepto difícil de aplicar, su utilización ayudaría a mantener controlada la población de manera tal que sus efectos negativos no sean observados.

Un investigador del tema, quien pide mantener su identidad en el anonimato, concedió una entrevista a este medio para explicarnos que pasa con el pez diablo actualmente.

Explica, ¿Pez de otro mundo?, se trata de un pez invasor, con la introducción de especies invasoras es uno de los principales problemas de conservación al que se enfrentan actualmente nuestros ecosistemas.

Es considerada una de las causas más importantes de pérdida de biodiversidad.

Sin embargo, no todas las especies introducidas son consideradas invasores biológicos, debido a que no todas sobreviven en los nuevos ecosistemas.

Por otra parte, aquellas que logran adaptarse al nuevo entorno, se naturalizan, esto quiere decir que se liberan de las presiones locales de su área de origen al no encontrar depredadores, ocasionando un incremento desmedido de su población. Causando efectos negativos como el desplazamiento de especies de interés económico debido a la competencia por recursos.

Este es el caso del comúnmente conocido como “Pez Diablo” “Bagre acorazado” “Pez limpia peceras” o “Plecos” el cual ha invadido varios cuerpos de agua en diversos países incluido México en donde se ha convertido en un serio problema en diversos estados de la república.

Su nombre científico es Pterygoplichthys pardalis es originario del Amazonas en Sudamérica. El éxito de su invasión se debe a diversas adaptaciones evolutivas como cuidado parental, piel con placas óseas que utiliza como armadura, fuertes aletas que usa para defenderse de sus depredadores, estomago vascularizado que puede utilizar como pulmón soportando hasta 30 horas fuera del agua, reproducción precoz, entre otras.

Este conjunto de adaptaciones le confieren una gran capacidad de adaptación y de competencia, al grado que fuera de su distribución natural es considerado un riesgo biológico donde se encuentre.

De acuerdo con la CONABIO (Comisión nacional para el conocimiento y uso de la biodiversidad) en México se registra su introducción a mediados de la década de los noventa en la cuenca del río Balsas en el estado de Guerrero y posteriormente se han hecho reportes de avistamientos en Campeche, Chiapas, Colima, Jalisco, Morelos, Michoacán, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas, Veracruz y recientemente en San Luis Potosí.

Aunque las vías de introducción son múltiples, las más importantes son el escape de granjas acuícolas, en donde estos peces son criados como ejemplares de ornato, y las liberaciones intencionales de “acuaristas” a los cuerpos de agua.

Los estados más afectados por la invasión de este pez son Chiapas, Michoacán y Tabasco en donde la disminución de las pesquerías es notable debido al desplazamiento por competencia de especies de interés comercial.

Este pez se alimenta de micro-algas en el fondo de los ríos y lagunas en los mismos sitios donde algunas especies depositan sus huevecillos, los cuales ingiere de forma incidental disminuyendo el número de otras especies.

Actualmente los esfuerzos académicos para el control de este pez invasor son variados, desde la generación de biodiesel, fertilizante para plantas, volverlo harina de pescado para alimentar otros peces como la tilapia, así como proponerlo como alimento humano debido a la gran calidad nutrimental de su carne.

Esta última propuesta es la que ha tenido mayor aceptación por parte de académicos especialistas quienes realizan investigaciones para determinar si su ingesta es segura para el consumo humano, sin embargo, aun se esperan resultados que refuten esta idea.

No debemos olvidar que no todas las invasiones son malas, otra especie introducida de forma deliberada en México fue la tilapia (mojarra) la cual es de origen africano, que fuera introducida en aguas nacionales en los 60´s como una estrategia para obtener soberanía alimentaria.

Enfatizó, “Quien sabe, quizás en los próximos años estemos llevando a la mesa este exótico platillo”.