La zona media del estado de San Luis Potosí enfrenta un grave problema de contaminación en sus tierras agrícolas debido al uso inadecuado de agroquímicos por parte de los agricultores locales. Esta situación ha llevado a la pérdida de nutrientes en los suelos y la contaminación del agua, lo que afecta tanto la producción agrícola como la salud de los habitantes de la región, según informó el investigador Juan Fernando Cárdenas González de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP).
La región, que abarca 12 municipios aptos para la siembra de más de 70 variedades de productos agrícolas, está viendo una disminución en la productividad del campo. Cárdenas González, quien dirige un proyecto de remediación en el Centro de Investigación de la UASLP, destacó la urgencia de intervenir para eliminar los contaminantes del suelo y el agua.
“Los agricultores de la región no siguen las instrucciones de los agroquímicos”, señaló el investigador. “Aunque estos productos son buenos para el crecimiento de las raíces de las plantas y para la generación del fruto, el uso excesivo provoca la intoxicación del suelo y puede afectar gravemente la salud de los agricultores que aplican manualmente el abono”.
El proyecto de remediación liderado por Cárdenas González utiliza desechos orgánicos, como cáscaras de naranja y de frutos como lichi, para sintetizar y aplicar en la tierra. “En un pequeño campo experimental compostamos esos desechos y hacemos un polvo para agregar a las plantas y a la tierra”, explicó el especialista. Los resultados han sido prometedores, con descubrimientos como la capacidad de los desechos de lichi para eliminar grandes cantidades de metales del suelo en cuestión de horas.
Además de abordar la contaminación existente, el equipo de investigación busca alternativas orgánicas para remover el glifosato, un agroquímico cuya comercialización está prohibida pero que sigue siendo utilizado en los campos mexicanos. Cárdenas González advirtió sobre los problemas que este herbicida sigue causando en la agricultura local.
En cuanto a las próximas etapas del proyecto, se planea expandir los ensayos de laboratorio a grandes extensiones de tierra, con el objetivo de restaurar la salud del suelo y su microbiota. “La zona media del estado depende principalmente de la agricultura”, subrayó Cárdenas González, destacando la importancia de estos esfuerzos para la economía local.
La región agrícola del estado comprende los municipios de Alaquines, Cárdenas, Cerritos, Ciudad del Maíz, Ciudad Fernández, Lagunillas, Rayón, Rioverde, San Ciro de Acosta, San Nicolás Tolentino, Santa Catarina y Villa Juárez, cubriendo un área de 12,776 kilómetros cuadrados, equivalente al 10% de la superficie estatal. Los cultivos más comunes en esta zona incluyen maíz, frijol, sorgo, avena forrajera, soya, y chile, así como cultivos perennes como caña de azúcar, naranja, pastos y café.
El proyecto también recibió recientemente un financiamiento del Consejo Potosino de Ciencia y Tecnología para investigar los impactos en la salud de las personas expuestas a los contaminantes. El especialista destacó que es fundamental analizar no solo los efectos en el suelo y el agua, sino también cómo estos problemas medioambientales están afectando la salud humana.
La región, limitada al norte por Tamaulipas, al sur por Querétaro, al este por la Sierra Madre Oriental y al oeste por la sierra de Álvarez y Guadalcázar, enfrenta un desafío ambiental significativo que requiere atención inmediata para proteger su vital industria agrícola y la salud de sus habitantes.
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