La fe camina en jueves santo en San Luis Potosí

  • En un ambiente de recogimiento y devoción, miles de fieles participaron en la Visita de las Siete Casas en el Centro Histórico de San Luis Potosí, reviviendo el camino de Jesús en el Jueves Santo.

La solemnidad, la fe y la oración inundaron el corazón del Centro Histórico de San Luis Potosí con el arribo de miles de feligreses, quienes acudieron a los distintos templos con un mismo propósito: acompañar a Jesús en su doloroso tránsito hacia la cruz, a través de la tradicional Visita de las Siete Casas.
El bullicio cotidiano cedió su lugar a un andar pausado, sereno, que marcó el inicio de la reflexión y recogimiento propios de los días santos. Familias completas, grupos de jóvenes y adultos mayores recorrieron las calles con devoción, entregando momentos de oración y perdón, en preparación para vivir el misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.
Desde las primeras horas del día, los templos más emblemáticos de la ciudad abrieron sus puertas, engalanados con flores y una tenue iluminación que invitaba al recogimiento. La Catedral Metropolitana fue el punto de partida para muchos, seguida del Templo de San Francisco con su imponente fachada barroca, y la Iglesia de San Agustín, entre otros recintos sagrados. En cada parada, los fieles encendían velas, depositaban flores y se arrodillaban en señal de adoración.
En el Templo del Carmen, la atmósfera era especialmente sobrecogedora. Los cánticos religiosos se fundían con el silencio de los presentes, creando un ambiente de profunda conexión espiritual. Algunos portaban pequeñas imágenes, otros llevaban rosarios entre las manos: la fe potosina se mostraba viva, tangible y diversa.
Este Jueves Santo de 2025, la Visita de las Siete Casas fue mucho más que una tradición: fue una manifestación viva de la fe arraigada en el corazón de los potosinos. Los rostros cansados pero serenos al final del recorrido daban testimonio de un acompañamiento espiritual profundo, en una Semana Santa marcada por el recogimiento y la esperanza.
Feligreses como la señora María Carranza compartieron su sentir: “La visita la hago cada año. Tengo mucho sentimiento cuando rezo. Soy de San Luis y veo que la Semana Santa mantiene su esencia, aunque algunos prefieran otras actividades”.
Por su parte, Leticia Tristán expresó: “Vengo por mi mamá, la acompaño a donde me pide. Tengo fe en Dios y aquí se respira algo especial. La gente tiene otra mirada, otra actitud. Recordar estos días santos hace eco en todos como seres humanos”.
“Es tradición de los potosinos. Me gusta el recorrido porque nos explican cosas que no sabíamos. Desde niña vengo a los Siete Altares y también disfruto las actividades culturales que ahora se ofrecen”, comentó la señora Imelda González.
A esta expresión de fe se suman visitantes de otros estados y países, que se sumergen en esta experiencia religiosa como antesala de la Procesión del Silencio, que recorrerá este viernes las principales calles del Centro Histórico. Todo esto en el marco de un amplio programa cultural impulsado por el Gobierno del Estado, a través de las Secretarías de Cultura y Turismo.
La promoción de las tradiciones potosinas ha convertido a la capital en un destino atractivo durante la Semana Santa. La oferta religiosa, artística y cultural ha captado la atención de turistas que perciben un notable crecimiento en infraestructura y servicios, lo que hace de su estancia una experiencia grata y memorable.
Los visitantes también pueden disfrutar de recorridos culturales e históricos gratuitos, organizados por la Secretaría de Cultura. Temáticas como “San Luis Monumental”, “Del Virreinato al Porfiriato”, “Carmelita”, “San Luis Tradicional” y “Arquitectura Porfiriana” se ofrecen desde las 11 de la mañana, mostrando el legado arquitectónico y patrimonial del Centro Histórico.
El río de personas que fluye por las calles del centro refleja un momento único donde la fe se vive intensamente, entrelazada con una herencia cultural que pocas ciudades pueden ofrecer. San Luis Potosí se convierte así en un espacio de recogimiento, paz y también de gozo, donde lo espiritual y lo festivo coexisten y se celebran.

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